"Los indicadores son instrumentos para medir la consecucción de ciertos hechos relevantes que determinadas acciones e iniciativas producen a lo largo de un período de tiempo. Un indicador puede ser tanto una medida como un hecho, una opinión o una percepción, que describe un estado o una situación y determina los cambios sobrevenidos a ese estado o situación” (Alcalde y López, 2004, citadas en González y Murguialday, 2004)
“As tools for measuring social change, indicators are subject to political forces. It is important to recognize before using indicators that all indicators have their own political heritage and bias. This is important because certain types of indicators, particularly so-called quantitative indicators, receive legitimacy as they are considered 'objective'.”
“Gender-sensitive indicators have the special function of pointing out gender-related changes in society over time.” (CIDA, 1997)
Existen indicadores más o menos consensuados por organismos internacionales, o instituciones de estado o locales. Por ejemplo, son de sobras conocidos los indicadores que desarrolla las Naciones Unidas desde hace años para medir niveles de pobreza, desarrollo, paz, etc. Estos indicadores tienen una mirada universal y universalizante, y según la época, han respondido a criterios y hojas de ruta de los países más poderosos de la organización.
Debemos tener en cuenta los indicadores institucionales, especialmente a nivel local, y también aquellos consensuados por la comunidad científica porque nos pueden guiar a la hora de elaborar los nuestros, tanto si consideramos mejor elaborar unos distintos o utilizar los mismos. La guía de la Unesco, que puedes descargar al final de esta sección, proporciona consejos para construir y usar indicadores en prevención de VIH y SIDA.
En todo caso, necesitaremos elaborar nuestros propios indicadores en algún momento, para alcanzar los objetivos de la evaluación que nos hayamos propuesto y de acuerdo a los criterios que hayamos establecido. A este paso le podemos llamar "operativización", ya que es el paso en el que vamos a convertir los objetivos y criterios en elementos operativos que nos sirvan para medir y dimensionar.
Cómo crear indicadores
- Generaremos los indicadores partiendo de los objetivos de la intervención, programa o actividad que queremos evaluar y teniendo en cuenta los criterios de calidad que han sido establecidos previamente.
- Cada objetivo debe tener al menos un idicador para poder medir el grado de cumplimiento.
- Pueden ser directos o indirectos. A veces se puede medir directamente un resultado, pero en ocasiones necesitamos varios indicadores indirectos que nos den una idea de qué pasa o ha pasado en el programa.
- Los indicadores deben servir para obtener información relevante, clara, comparada y de calidad.
- Debemos determinar las fuentes o de donde extraeremos la información del indicador. Si no existen, debemos crearlas. Tiene que ser posible hacerlo.
- Necesitaremos indicadores cuantitativos (números, porcentajes, amplitudes) y también cualitativos (opiniones, percepciones, hechos, situaciones, condiciones).
Podemos clasificar los indicadores de la siguiente forma:
- Indicadores de recursos -> miden los recursos que tenemos en términos de presupuesto, servicios disponibles y tiempo.
- Indicadores de realización -> miden los productos tangibles de la intervención, tienen que ver con los objetivos operativos.
- Indicadores de resultados -> miden efectos directos de la intervención, cambios de conducta, capacidad, alcance y beneficios obtenidos gracias al programa. Se relacionan con los objetivos específicos.
- Indicadores de impactos -> miden los efectos indirectos, efectos específicos a medio y largo plazo, y globales, es decir, en el contexto más allá del grupo beneficiario del programa, a medio y largo plazo. Tienen que ver con los objetivos generales del programa.
Los indicadores más comunes y conocidos son los que miden resultados finales. Los indicadores que miden la implementación o el proceso se denominan a veces "indicadores intermedios", y son útiles para definir el grado aceptable de cumplimiento de una intervención. Por ejemplo, el número de actividades realizadas en comparación a las proyectadas sería un indicador cuantitativo, mientras que la calidad de la actividad, determinada por los contenidos desarrollados y la forma en que desarrollan y sus elementos pedagógicos, sería un indicador cualitativo.
Requisitos generales para elaborar indicadores con enfoque de género
A la hora de elaborar indicadores sensibles al género es importante tener en cuenta algunos criterios:
- Los datos siempre deben estar desagregados por sexo, pues es la única manera de hacer visibles las diferencias entre la situación de las mujeres y la de los hombres. Siempre que sea posible, deben desagregarse por otras categorías, como edad, etnia, nivel socioeconómico u otra categoría importante que haya que tener en cuenta en cada contexto.
- Los indicadores deben complementarse con análisis cualitativo que aporte información para profundizar en las relaciones de poder entre mujeres y hombres.
- Asimismo, han de brindar información sobre aspectos importantes de las relaciones de género, tales como el desigual acceso y control de los recursos económicos, las necesidades e intereses de mujeres y hombres, las responsabilidades de unas y otros en los diferentes ámbitos, etc.
- Por último, los indicadores sensibles al género han de ser formulados y medidos de forma participativa, teniendo en cuenta a todos los grupos involucrados y asegurándose de que participen las mujeres.
Además, deben ser relevantes (útiles), sustantivos (válidos), confiables (fiables), verificables (comprobables), consistentes, independientes y factibles (realistas).
Cuadro extraído de: L. González y C. Murguialday, (2004)
En la encuesta FRESC del año 2016, el Informe sobre la Salud y sus Determinantes en el alumnado adolescente en Barcelona, que se realiza cada cuatro años, con el fin conocer hábitos y conductas del alumnado, se han tenido en cuenta tres indicadores en lo que refiere a sexualidad: las relaciones sexuales con penetración, el uso de métodos anticonceptivos y el uso de la pastilla del día después.
Si bien los datos que genera esta encuesta son altamente valiosos, resultan insuficientes si pretendermos elaborar un programa que cubra necesidades sobre educación afectivo-sexual en un contexto social marcado por estereotipos de género machistas y hetero-centrados.
El informe de la encuesta se puede consultar aquí.
Los indicadores más utilizados para medir el éxito de programas de educación para la salud en el campo de la sexualidad han sido, a menudo, el número de diagnósticos de las ITS, el número de embarazos no deseados, el porcentaje de uso del preservativo y otros métodos, edad de inicio de las relaciones sexuales, etc.
Desde el punto de vista algunas/os autoras/es, apenas se han utilizado indicadores positivos, como por ejemplo, el grado de satisfacción con la vida sexual, el grado de relaciones satisfactorias y sin violencia, etc. Además, desde un punto de vista feminista, ya que la sexualidad está fuertemente atravesada por las relaciones de género, es imprescindible recoger datos desagregados para poder entender toda su complejidad y generar programas más adaptados a la realidad.
Los indicadores y las políticas públicas
Los indicadores han sido claves para hacer seguimiento de los compromisos y acciones de los gobiernos, sin embargo, la teoría feminista ha mirado con suspicacia las estadísticas observando que:
- La disponibilidad de fuentes estadísticas relevantes es una cuestión política y no técnica: se cuenta con una sobreabundancia de información sobre las temáticas más valoradas socialmente y priorizadas a nivel institucional, mientras que poca información sobre aspectos relacionados con los derechos de las mujeres. En este sentido, visibilizar los problemas es una estrategia feminista de largo recorrido.
- Los indicadores formulados han tendido a presentar a las mujeres como un colectivo homogéneo.
- Los indicadores no sólo represetan la realidad, también la construyen.
- Uno de los efectos negativos del uso generalizado de los sistemas de indicadores es que aquello que no es medible va quedando en un segundo plano, provocando que los objetivos de las políticas se planteen sólo en términos numéricos asumibles en un perído concreto de tiempo.
- Es necesario traducir la complejidad de las desigualdades sociales en instrumentos de medición, que no simplifiquen y despoliticen.
- Existen muchos indicadores que describen situaciones, experiencias y opiniones individuales y muy pocos sobre las actuaciones de las instituciones. También se tiende a utilizar pocos indicadores sobre los derechos que vulneran o garantizan los estados.
"Medir la igualdad de género. Debates y reflexiones a partir de una propuesta de sistema de indicadores clave" Eva Alfama, Marta Cruells, Maria De La Fuente
El indicador ideal es ... smart and spiced!
Specific
Measurable
Archivable
Relevant
Time – bound
Subjective
Participatory
Interpreted and comunicable
Cross- checked and compared
Empowering
Diverse and disaggregated